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Adoración Nocturna Española

 

Adorado sea el Santísimo Sacramento   

 Ave María Purísima  

 

 

2008

 

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«HAS HALLADO GRACIA A LOS OJOS DE DIOS» (Lc 1 ,30)


    Se lo dijo el ángel a la Virgen cuando ésta se turbó ante el saludo lisonjero del Enviado de Dios.

    Y fue como si le dijera: ¡Lo que oyes! «Agraciadísima» será tu nombre. El Señor te saluda y está contigo... como estuvo con los Patriarcas y adalides de tu Pueblo... y dentro de unos instantes, como no estuvo nunca ni estará jamás con nadie. ¡Le has robado el corazón a Dios!

    - «Has hallado gracia a los ojos de Dios.» ¡Y eso es lo que vale!

    ¡No el aplauso y estima de los hombres!

    El Emperador Romano, allá se está en Roma, y no piensa en Ti. El Rey Herodes, en Jerusalén, no sabe siquiera que existes.

    Los mozos no te dicen cosas cuando vas a la fuente porque ¡vas tan recatada!

    No te importe, Señora: Dios en el cielo piensa en Ti. Desde toda la eternidad.

Cuando Dios en su trono de corales,        

 sostenido por siete querubines,                                                          

 señalaba a los mares sus confines                                               

 y trazaba las rutas siderales;                                               

         cuando el sol no doraba los trigales,                                         

         ni exhalaban perfume los jazmines,                                             

         ni formaban los árboles jardines                                                           

 ni las cañas en flor cañaverales;                                                  

 cuando estaba sin lámparas el cielo,                                                  

 sin viñedos y olivos el Carmelo,                                                    

y sin palmas los huertos de En-Gaddí;                                             

cuando no había céfiros ni brisa,                                                     

ni ternura de abrazos y sonrisa...
¡en su mente el Señor pensaba en Ti!


    Te pensó para Madre de su Hijo, que un día -y ese día es hoy- se iba a hacer Hombre en tus entrañas.

    Todos los buenos hijos quieren a sus madres después de nacidos, porque les dieron el ser y en sus entrañas fueron gestados.

    El Verbo de Dios quiso a María antes de nacer, y la escogió -no le vino dada como a nosotros la nuestra- para que le proporcionara la humanidad que, formada en las entrañas de la Virgen, había de asumir Él.

    Desde que Dios es Dios, María figura en su proyecto eterno, inseparablemente unida al Redentor. Y porque Éste, en el plan divino, había de vencer al pecado y a la muerte, quiso Dios que María fuera preservada inmune de cualquier pecado desde el instante de su Inmaculada Concepción, y estableció su resurrección anticipada subiéndola en cuerpo y alma a los cielos.

    Así hace las cosas Dios.

    Los piropos de Dios son sacramentos: Producen lo que significan.

    Por boca del ángel te llamó «Agraciadísima». Y te dijo que habías hallado gracia a los ojos de Dios.

    ¡Y ya lo ves!

    También lo vemos nosotros -y nos alegramos.

    Como lo viste Tú: «Ha puesto el Señor los ojos en la poquedad de su esclava.o Y «ha hecho en favor mío cosas grandes -¡grandísimas!- el Todopoderoso». Por eso «Me llamarán bienaventurada todas las generaciones». Aquí está la nuestra: Una generación, pecadora como todas y loca más que ninguna.

    Pero no se nos traba la lengua.

    Nos queda voz para sumarnos al coro de los que te llaman Bienaventurada. Y lo hacemos con gozo:

    -¡Bendita Tú entre las mujeres!


CUESTIONARIO

· ¿Me complazco en el agrado de Dios, o ando mendigando el de los hombres?

. ¿Pienso alguna vez que desde toda la eternidad ocupo un lugar, aunque modesto, en la mente del Señor?

. ¿Lo agradezco cantando como la Virgen el Magníficat?