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Adoración Nocturna Española

 

Adorado sea el Santísimo Sacramento   

 Ave María Purísima  

 

 

2020

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Temas de reflexión

Octubre

 

DESDE EL CUARTO DE GUARDIA
REFLEXIONES DE UN ADORADOR NOCTURNO PARA ORAR DESDE LA REUNIÓN PREVIA

LA ADORACIÓN NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS

1º MARCO PARA ESTA NOCHE DE OCTUBRE

      

        La amistad de Cristo contigo y conmigo no es una frase hecha, tantas veces oída que pasa por mente y corazón como el que oye llover. Es una realidad más verdadera que nuestra propia vida. Esta noche, un objetivo: confirma que aceptas a Jesucristo como tu amigo. Busca en tu interior la tecla de “confirmar” o díselo al recitar los salmos, en el silencio de la audiencia privada de la media hora de oración meditativa, después de la comunión o una vez tras otra, incansablemente, aunque parezcas un pelma y un “cansalmas”. Busca la tecla en tu alma: confírmale “Yo estoy orgulloso de ser tu amigo, encantado de que tú lo seas mío”.

        2º UNA ORACIÓN JACULATORIA AL ESPÍRITU SANTO, PARA QUE NOS ENCIENDA EN AMORES.

        Ven Espíritu Santo. Nada está en nuestras manos. La primera oración oficial de un adorador nocturno en el manual es la invocación al Espíritu para que renueve nuestro interior y seamos recreados de nuevo. El hombre viejo es una rémora que llevamos dentro. El Espíritu renueva todo, nos crea de nuevo. La sangre de Cristo derramada nos hace hombres nuevos por el soplo y la obra del Espíritu Santo

Veni Creator Spiritus,
Mentes tuorum visita,
Imple superna gratia,
Quae tu creasti, pectora.

Ven Espíritu Creador;
visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia
los corazones que Tú mismo has creado.

 

        3º UN TEXTO DEL VENERABLE DON LUIS DE TRELLES QUE NOS INICIE EN LA ORACIÓN MEDITATIVA.

        La Lámpara del Santuario es una fuente inagotable de sabiduría eucarística. En 1886, Don Luis escribió una serie de artículos en que expone sus gozosas reflexiones al contemplar el prodigio de la Eucaristía, no sólo para admirar la grandeza y soberanía de todo un Dios, sino para caer en cuenta y ser agradecidos con las asombrosas consecuencias que le traen al ser humano, o sea, a ti y a mí. Hoy elijo el primer fragmento, y en las consideraciones de noviembre y diciembre elegiré respectivamente otros dos. Son joyas para enamorarnos de la Eucaristía y entusiasmarnos de nuestra vocación de Adoradores Nocturnos. Nada de lo que escribe es ocurrencia suya. Él divulga a los grandes teólogos, santos padres, magisterio de la Iglesia. Él pone su asombro, su claridad expositiva y su apasionamiento.

        La amistad es el nivel más elevado del amor. Cristo nos mandó amar a los enemigos, amarlos hasta dar la vida por ellos. Pero amigos nos hizo a sus discípulos, a los que necesitamos intimar con él. La amistad iguala a los amigos. Leamos meditativamente:

        “Por esta serie de razonamientos es dogmática la amistad del hombre con Dios, la igualdad de Cristo, en cuanto hombre, con el hombre, la comunidad de vida de Cristo con el hombre, y, lo que es más que todo eso, la vida de Cristo en el hombre y del hombre en Cristo por la Comunión, puesto que dice el Evangelio:  y bebe mi Sangre vive en mí y yo en él.» Viene bien a semejante portento de amor la frase del Profeta Habacuc: Oí, Señor, tu voz y temí; vi tus obras y quedé espantado...» ¡Pero qué dulce espanto! ¡Qué milagro de afecto! ¡Qué merced de la divina Omnipotencia! Es preciso meditar detenidamente, reflexionar, contemplar esta maravilla inapreciable, para poder adivinar todo su alcance y colegir el amor inmenso, infinito, que lo produjera. Porque lo que se ve con los ojos del alma, lo que se cree, por virtud de la fe en las palabras de Cristo, el hecho de que por la Comunión vive el hombre en Dios y Dios en el hombre, y late al unísono el corazón de Cristo con nuestro corazón, y mezcla el Señor su Sangre con nuestra sangre, y reparte con nosotros, si correspondemos a su vocación, su pensamiento y su deseo, y se corresponden el hombre con Cristo y Cristo con el hombre, en la más íntima,
acendrada y verdadera amistad, por un modo misterioso y sublime.

        Esta serie de hechos, repetimos, con ser tan grandes, no son más que efectos del amor inmenso, infinito, do Dios al hombre que reposa en el corazón de Cristo.

        Que el hombre caiga de rodillas, que bese la tierra que huella, y que eleve las manos al Cielo con cantos de júbilo y acciones de gracias, exclamando: ¡Cómo! ¡El hijo de Dios es mi hermano! ¡Es mi amigo! ¡Se ha hecho, en cuanto hombre, mi igual; reparte conmigo los impulsos del corazón, los afectos del alma y los pensamientos de la inteligencia! ¡Su Sangre ha teñido de púrpura mi boca! ¡Su Carne, real y sustancialmente presente en la Hostia consagrada, da pábulo (comida) a mi estómago y se va a infiltrar en mis venas! ¡Su vida misma, la vida del hombre Dios, se conglutina con la mía!» Imposible parece; pero todo esto es de fe.” (Lámpara del Santuario 1886, página 241)


PREGUNTAS BREVES

        1ª PREGUNTA

        La amistad de Cristo no es un sentimiento opinable y pasajero. Es un dogma de fe. Es esencial para la vida de un creyente. ¿Tendrá que ver con el mandato supremo de Amaros los unos a los otros como yo os he amado, para que asimilados por gracia a su Corazón podamos llegar a ser no sólo discípulos, sino otros Cristos en Cristo y por Cristo? La amistad nos iguala.

        2ª PREGUNTA

         ¿Cómo puede la nada igualarse con el todo? ¿Conocéis de verdad lo que es el amar en plenitud de Cristo? Lo mínimo sería echarnos por tierra en agradecimiento y soltar un llanto inacabable de gratitud. Para morirse de gozo

         3ª PREGUNTA

        ¿Qué tiene que ver con el don de la amistad con Cristo estas sus contundentes palabras: El que come mi Carne y bebe mi Sangre vive en mí y yo en él.»?