Adoración Nocturna Española

Adorado sea el Santísimo Sacramento   

 Ave María Purísima  

XXXII PEREGRINACIÓN A FÁTIMA de la A. N. E.

CRÓNICA DE LA XXXII PEREGRINACIÓN A FÁTIMA

              Con un día primaveral, a las 16:45, se iniciaba el desfile de banderas, desde la Cruz Alta hasta la “Capelinha”. D. Juan Ramón Pulido y D. Carlos Torrijos se encargaron del orden y la secuencia de la procesión. La bandera de las peregrinaciones estuvo arropada por 17 banderas de Secciones de Galicia, Toledo y Alcalá de Henares. Cuatro señoras con mantilla y otro grupo más numeroso con ramos de flores figuraban en la procesión, que cerraba el Presidente Nacional, D. José Luis González Aullón, acompañado por Presidentes de las Secciones.

              Llegados a la “Capelinha” se inició la Santa Misa presidida por Ilmo. Sr. D. José Diéguez, Deán de la Catedral de Tuy, concelebrada con ocho sacerdotes auxiliados por dos acólitos y un seminarista. Se contó con el Coro Stella Maris de Nigrán. Las lecturas las hicieron: D. José Luis González Aullón, Presidente Nacional de ANE, y Doña Mª Jesús Valverde (Susi), de ANFE. D. José inició su homilía recordando la celebración del día, San Pascual Bailón, y el sitio donde estábamos: El Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, Virgen cuyo mensaje es la Penitencia y la Oración. “Vivir la penitencia-dijo- es vivir en la misericordia de Dios, es su amor el que nos capacita a orar y obrar bien, no son nuestras obras las que nos hacen dignos de su amor. Para ello, necesitamos Conversión; su camino es: Dejar que la gracia dada en el Bautismo fructifique en un camino de santidad. Deja todo abierto a Dios, y para ello opta por Él, elige a Dios una y otra vez”. La Virgen pide orar. Al rezar el rosario contemplamos la vida del Señor y tenemos constancia de su misericordia en favor nuestro. Para las condiciones de la contemplación comentó el final del punto 149 de la Gaudete et exsultate: “La oración confiada es una reacción del corazón que se abre a Dios frente a frente, donde se hacen callar todos los rumores para escuchar la suave voz del Señor que resuena en el silencio.” Siguió con los puntos 150 y 157, donde se destaca el valor del silencio y cómo es posible discernir en la luz del Espíritu los caminos de santidad. Terminó, señalando cómo en la lucha contra el mal, el destino final es la victoria de Cristo. Finalizada la Santa Misa se inició la Procesión eucarística hasta la Basílica de la Sma. Trinidad. Por la noche, el tradicional rosario y procesión de las velas.

              El viernes se iniciaron las actividades con un Vía Crucis hasta “Os Valinhos”. Fue impresionante por la asistencia, el silencio, el orden, los cánticos y la espléndida voz de D. Luis Javier González Seguín, sacerdote, que iniciaba cada estación. Después de comer, se proyectó en el Aula Pablo VI una película sobre las apariciones, muy fiel a los acontecimientos, algo lenta y con una coloración que me recordó las films franceses.

              A las 22:45, después del rosario en la “Capelinha”, tuvo lugar en la Basílica de la Sma. Trinidad la Santa Misa, la Vigilia y la Adoración. Presidió la ceremonia D. Sebastián Freire, Párroco de la Catedral de Tuy, que concelebró con cuatro sacerdotes y tres acólitos. Acompañó el Coro Santa Jacinta y San Francisco. En su homilía señaló cómo “en casa de la Madre se tiene más intimidad, todo sabe mejor y cada uno tiene su lugar”. Para los adoradores, la Virgen debe suponer mucho y se debe ahondar en la devoción eucarístico-mariana. El Papa llama a la santidad, a vivir con radicalidad el Bautismo, recordando a todos los bautizados que estamos llamados a la santidad, y en ésta juegan un papel primordial los sacerdotes: por ello, desde la primera peregrinación, se pide por ellos y los seminaristas. Siguió la Vigilia hasta las 02:00 horas. 

              El sábado, después de la Misa vespertina, varios grupos retornaron a sus ciudades de origen. 

Otras fotografías